viernes, 28 de septiembre de 2012

EL DESASTRE AÉREO QUE CAMBIÓ EL FÚTBOL

VOLVÍA LA PLANTILLA DEL MANCHESTER UNITED DE DISPUTAR UN PARTIDO EUROPEO
Cuando al paso por el Aeropuerto de Múnich-Riem, el avión se estrelló.
Todo ocurrió un 6 de Febrero de 1958, el Manchester United con su plantilla al completo tomó el vuelo 609 de la compañía europea British Airways.
El equipo venía de Yugoslavia de disputar un partido correspondiente a la Vuelta de los Cuartos de Final de la Copa de Europa ante el Estrella Roja de Belgrado, el partido concluyó (3-3), y haciendo bueno el (2-1) de la Ida, los ingleses estaban en Semifinales, donde ya sabían que su rival iba a ser el AC Milán de Cesare Maldini y Grillo, pero nadie iba a dar crédito de lo que iba a suceder horas mas tarde.

En el Aeropuerto de Belgrado, el vuelo 609 que debía tomar la expedición del Manchester United se retrasó una hora, ya que el jugador Johnny Berry había perdido su pasaporte.
El avión tenía previsto hacer una parada técnica en Múnich, para cargar el depósito de combustible.

Corrían las 3 de la tarde cuando el Capitán del vuelo, James Thain, tras hacer la parada pertinente y llenar el depósito, se disponía a poner rumbo a la ciudad inglesa, fue intentar despegar cuando ocurrió todo, ya que se vio obligado ha desistir en sus dos primeros intentos de despegue por los múltiples problemas que sufrían los motores, y a las inclemencias meteorológicas.
Fue al tercer intento, cuando a las 3 y 4 minutos, el avión falló al ganar altura y se estrelló en unas tierras colindantes al Aeropuerto, en una casa despoblada.

Aunque las primeras investigaciones señalaban a James Thain como principal responsable del suceso, mas tarde se supo que el accidente fue causado por la formación de nieve al final de la pista, lo que causó una gran desaceleración al avión, impidiendo así que volviera a subir a una velocidad segura.
Pese a la resolución del caso, las Autoridades de Alemania Occidental, que eran las responsables del accidente, emprendieron acciones legales contra el Capitán Thain.
Además, el Gobierno alemán señaló a Thain como principal culpable, a pesar de que había pruebas y testigos que lo exculpaban.
Por alguna extraña razón, los testigos nunca fueron llamados a declarar por las autoridades germanas, y solo se emprendieron acciones legales contra el Capitán del vuelo, que tras muchos juicios, fue declarado inocente de toda culpa en 1968.

Tras esta tragedia que conmocionó al fútbol mundial, el Manchester United tuvo que ser recompuesto en torno a la figura emergente de Bobby Charlton, que sobrevivió a tan tremenda catástrofe.
En su primer partido tras el accidente, el Manchester United venció con solvencia al Sheffield Wednesday por (3-0), con un equipo plagado de reservas y con Jimmy Murphy como Entrenador.
Como dato curioso, las alineaciones de los "red devils" estuvieron un tiempo sin salir al no constar los nombres de los nuevos jugadores que formaban el plantel.

Fueron 21 las personas que perdieron la vida en ese vuelo, entre ellas los jugadores Duncan Edwards, una de las promesas del país, Roger Byrne, Tommy Taylor, o Liam Whelan, los directivos Walter Crickmer, el segundo Entrenador Tom Curry, los periodistas Alf Clarke, George Follows, Franck Swift, o el copiloto del vuelo, Kenneth Rayment.
De los supervivientes, destacan los nombres de Bobby Charlton, que años mas tarde se iba a convertir en el gran emblema de la historia de los "red devils", Harry Gregg, Ken Morgans, o Dennis Viollet, el Entrenador Matt Busby, el Capitán del vuelo James Thain, o la señora Miklos, que perdió a su marido en ese accidente.

Pese a tener que formar rápidamente el equipo lo mas competitivo posible, el Manchester no pudo lograr los éxitos de antes de la tragedia.
Aún así, consiguieron llegar a la Final de la FA Cup, donde cayeron ante el Bolton Wanderers por (2-0), y dieron la cara en su Semifinal de Copa de Europa ante el AC Milán.
Busby retornó al cargo como Entrenador a la temporada siguiente, y trató de construir un equipo al que denominaron "los busby babes", que de la mano de Bobby Charlton y la joven estrella, George Best, consiguieron una década después levantar la Copa de Europa venciendo al Benfica de Eusebio en la gran Final de Wembley por (4-1).

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